Orígenes de la Masonería

De dónde venimos...


La Masonería como una antigua y respetada fraternidad, ha sido históricamente dominada por hombres. Sin embargo, a lo largo de los años, las mujeres también han buscado participar en esta tradición, dando lugar a la creación de la Masonería Femenina. 


La Masonería Femenina tiene sus raíces en el deseo de igualdad y el reconocimiento en una sociedad masónica tradicionalmente masculina. Aunque existen registros de mujeres involucradas en la Masonería desde el siglo XVIII, fue a finales del siglo XIX y principios del XX cuando comenzaron a formarse logias femeninas de manera oficial.


Una de las primeras logias femeninas fue la "Orden de las Adopciones" en Francia, vinculada a la Gran Logia de Francia. Sin embargo, fue en 1893 cuando la Masonería Femenina dio un gran paso adelante con la creación de la "Gran Logia Simbólica Escocesa de Francia"


Desde entonces, la Masonería Femenina ha crecido y se ha expandido por todo el mundo, estableciendo logias independientes que abren sus puertas a mujeres interesadas en los principios masónicos.


Por último, la estructura de la Masonería Femenina es similar a la de la Masonería masculina. Las logias son las unidades básicas de la organización y están compuestas por un grupo de mujeres que se reúnen regularmente en un punto solo conocido por las mismas. A su vez, las logias pueden estar afiliadas a una Gran Logia, que actúa como organismo rector y proporciona orientación y apoyo.  


Hoy, el futuro de la Masonería Femenina es reconfortante ya que proyecta con fuerza y vigor un enfoque continuo en la igualdad de género, el empoderamiento de las mujeres y el impacto positivo en la sociedad como ciudadanas con compromiso cívico. Por ello, a medida que más mujeres descubren y se unen a la Masonería Femenina, la organización continúa su legado de fraternidad, conocimiento y desarrollo personal.